Marea Roja.

Cuando todo el mundo empezaba a creer que Alemania era poco menos que imbatible, la selección tres veces ganadora de esta competencia se encontró con su Némesis, con la horma de sus zapatos. Después de dos goleadas contundentes contra equipos con una inmensa historia futbolística y con individualidades de la talla de Rooney, Messi, Lampard, Tevez, Gerrard o Mascherano, los dirigidos por Loew parecían lanzados hacia el título, pero ayer nada pudieron hacer contra un equipo que jugó como yo hubiera querido que jugara Argentina. Alemania, no nos engañemos, es mas el equipo que vimos ayer que el que elogiamos y nos impresionó en los dos segundos tiempos contra Inglaterra y Argentina, donde con la ventaja a su favor y los rivales arriesgándose totalmente, sabiendo que ya no habría mañana en caso de derrota -que en definitiva era lo que inexorablemente iba a suceder-, le dieron espacios y ocasiones para contragolpear sin oposición seria a los rápidos atacantes germanos. Alemania quedó en evidencia y se terminó la mentira que muchos creyeron. A este equipo alemán Argentina e Inglaterra también, le podrían haber ganado de cambiar un poco la suerte y sus planteos tácticos. Inglaterra en octavos, salió muy rígida, los jugadores parecían estacados en el césped y Gerrard no jugó donde hubiera rendido más. De hecho cuando Inglaterra se vio obligada, movió al jugador del Liverpool a una posición mas libre en el centro y cambió el partido. Lo empató cuando perdía por dos goles, pero cosas del destino hicieron que el segundo gol ingles no fuera convalidado por el arbitro y con ese incidente, los de Capello sucumbieron en la desesperación y le entregaron a los alemanes dos contragolpes ideales, ejecutados a la perfección por cierto, para que el resultado se viera mas mentiroso que nunca. Con Argentina el partido se condicionó no por error arbitrar sino por un gol a los dos minutos de juego gracias a una jugada a balón parado. De ahí en adelante, Alemania esperó con ocho jugadores atrás del balón y los de Maradona no tuvieron ideas a pesar de que generaron ocasiones. Klose despilfarro un contragolpe en el PT y nada más para los teutones. En el segundo tiempo, cuando la albiceleste mas lo merecía, mitad error defensivo y mitad gracias a los designios del destino, Muller, gran ausente en la semifinal de ayer, después de recibir una falta y con gran rapidez mental, desde el piso habilita a Podolsky que mano a mano con Romero entrega en bandeja el gol a Klose. En ese momento y después de 40 minutos absolutos de dominio argentino, se acabó el partido. Los jugadores del Diego se desplomaron sabiendo que ya no había lugar para el milagro y que el mundial se les iba de las manos. Alemania, viejo tiburón sediento de sangre y con músculos nuevos en la juventud de Schwarsteinger, Ozil y compañía, se relamió ante el desconcierto de sus rivales y sumó dos goles mas a su cuenta, que si hubieran querido podrían haber sido mas ya que enfrente después del segundo gol, ya no había oposición. Ayer España se sabía el libreto. Sabía que en los primeros minutos los teutones salían con todo para condicionar el resto del juego y sabía que después iba a esperar agazapada para aprovechar los errores y explotar al contragolpe. La Roja conociendo sus propias virtudes hizo lo que mejor hace. Durante los primeros 25 minutos Alemania ni olió la Jabulani. Control total vía Barcelona. Busquets, Iniesta y Xavi tocaron y tocaron. Villa y Pedro apretaron arriba. Y la zaga culé (Puyol y Pique) cuidó sus espaldas junto al resto de los personajes secundarios. Mención especial para Xabi Alonso que demostró su talento y polivalencia y hasta estuvo cerca de marcar. España movió a los germanos de un lado a otro y puso jugadores entre las líneas enemigas. Los alemanes esta vez no se pudieron poner en ventaja para especular y eso los mató. Lentamente, pero los mató. En el único descuido de España, Ozil perdió una ocasión dorada ante un Ramos atento que quizá haya cometido falta a una de las revelaciones del torneo, pero la justicia en el fútbol a la larga se hace. Y ayer se hizo por una vía inesperada, como lo fue el frentazo de Puyol directo a la red de Neuer. España a 15 del final confirmaba en el tanteador todo lo bueno que había hecho en el partido. Alemania ya no tenía fuerzas para nada después de haber corrido 80 minutos atrás de la pelota. Pedrito le negó el segundo a Torres haciendo una pirueta mas de la que debía y lo pagó siendo sustituido. Después los de Del Bosque aguantaron gracias a Puyol, Pique y Capdevilla a base de poco fútbol y mucho pelotazo, algo raro en este equipo. Pero es que a diferencia de Alemania que hizo negocios con los errores de sus rivales, España fue concebida para jugar al fútbol, y cuando sonó el pitido final, el fútbol se alegró.

ECOS: Es destacable el don del pulpo Paul, residente ilustre de un acuario en Berlín. Con sus pronósticos demostró saber más que el 99% de los periodistas especializados en la materia. Lástima para el que al parecer sufrió la influencia de la maldita marea roja. Recemos por su salud y porque en los próximos días partes de su cuerpo no lleguen trozadas a las pescaderías berlinesas.

ECOS II: Luis Aragonés había dicho que por el camino que transitaba, España no llegaría lejos en la copa. Un periodista argentino comentó en el partido contra Chile, que España estaba 90 minutos de quedarse afuera de la copa. De estos razonamientos concluyo que: 1º) El pulpo Paul sabe de fútbol mucho mas que ellos. 2º) España ahora esta a 90 minutos de ser campeona del mundo. 3º) El fútbol es impredecible, pero de tanto en tanto, muy justo para con todos.